Celina, mamá de nuestro compañero Hugo Moyano, nació en la ciudad de Carhué, ubicada en el suroeste de la provincia de Buenos Aires, aunque residió la mayor parte de su vida en la ciudad Mar del Plata, que ayer la vio partir.
Nuestra querida Celina vivió un tiempo también en La Plata, antes de que su esposo Juan Antonio Moyano, consiguiera un nuevo trabajo en Mar del Plata y decidieran adoptar esa hermosa ciudad para quedarse definitivamente.
Una vez instalada en la ciudad balnearia, “Doña Celina”, trabajó como operaria en la fábrica de conservas de pescado Macchiavello, cuando Hugo era apenas un niño. Allí fue delegada en momentos muy difíciles para las mujeres, y con su ejemplo y convicciones empezó despertar en su hijo la voluntad inquebrantable de defender los derechos de los trabajadores.
Celina tenía además dos pasiones, era peronista y fanática del club Independiente. Su carácter fuerte pero amable sin dudas fue templando el destino ineludible de nuestro dirigente sindical, y presidente del CAI, Hugo Moyano.
Nunca quiso dejar la casa en la Ciudad de Mar del Plata que su esposo había levantado con tanto sacrificio. Era una persona sencilla, cariñosa, que amaba su familia profundamente. Ayer nos dejó físicamente a los 102 años. Faltaba muy poco para que llegase a los 103, el próximo de 23 de julio.
Nuestra querida abuelita, la de todos los camioneros; lo dio todo y vivió con integridad durante más de un siglo. La vamos a extrañar, pero ella está en nuestro corazón y su legado ha quedado plasmado en su amado hijo, nuestro dirigente Hugo Moyano y todos sus nietos.
Gracias Celina, por todo. Tu alma descansa en paz, después de tanta lucha y tanta entrega.